Hablemos del miedo al dentista

En la consulta, recibo a diario niños inclusive hasta adultos que llegan por primera vez con mucho temor y ansiedad. A veces, no tienen que decir cómo se sienten y créanme que se los puedo notar. Por lo que parte de mi misión ha sido conocer sus historias y ver en qué medida puedo contribuir a que se sientan cómodos y que podamos cambiar esa sensación por una más placentera.

Pero, es importante que hablemos que es esta emoción y por qué se ha ligado tanto a esta profesión.

El miedo es considerado una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. A esto le agregaría, que puede ser creado por uno mismo o transmitido por otros.

Dentro de las posibles causas que provocan este miedo están:

  • Miedo a lo desconocido

  • Experiencia pasada negativa

  • Temor transmitido por los padres

  • Tratamientos iniciales muy invasivos

En el pasado, los tratamientos dentales solían ser menos conservadores, lo que generaba una asociación entre ir al dentista y experimentar dolor. Además, en ese entonces, el enfoque en la salud bucal no era prioridad. Esta idea se transmitió de generación en generación hasta hace unas décadas, cuando comenzamos a ver un cambio significativo en el valor de tener una boca saludable en nuestra vida.

Ahora entendemos que la salud bucal no solo tiene un impacto estético, sino que también lo tiene en nuestra salud en general.

Así que es nuestro deber cambiar ese miedo por conocimiento y seguridad.

¿Cómo lo logramos?

  • Encontrando a un especialista con el que te sientas a gusto.

  • Asistiendo a sus controles periódicos desde pequeños, creando familiaridad y hábitos saludables.

  • Evitando tratamientos iniciales muy invasivos.

  • Hablándoles con la verdad sin minimizar las preocupaciones que puedan tener. Mientras más claros seamos mejor.

  • Reforzamiento positivo por la colaboración que logramos.

    Si algo tengo como prioridad es que tu experiencia y la de tus niños sea placentera, tomando en cuenta tu historia, escuchándolos y haciendo que se sientan acompañados en todo el proceso.

Anterior
Anterior

Alimentos a evitar y disfrutar durante el tratamiento de ortodoncia

Siguiente
Siguiente

Encías, ¿qué tomar en cuenta con el tratamiento de ortodoncia?