Interposición Lingual, un hábito que pocos reconocen

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Este hábito muchas veces pasa por desapercibido por los papás por lo que es aún más importante asistir desde temprana edad a la evaluación con el odontopediatra.

A medida que vamos creciendo, cambiamos de ingerir alimentos de consistencia líquida a sólida. Esta transición influye directamente en la forma en que tragamos y la vez en como se posiciona la lengua dentro de la cavidad bucal.


Lo ideal es que la lengua pase de estar en una posición entre las arcadas a ubicarse arriba en contacto con el paladar (cielo de la boca) al momento de tragar estimulando el desarrollo correcto este hueso.

Esta postura contribuye a que exista una equilibrio entre la posición de los dientes y los huesos generando una fuerza muscular adecuada.

De lo contrario, si al tragar la lengua se ubica en una posición baja, ejerciendo fuerza entre los dientes, entonces provocará que estos se inclinen hacia adelante y hasta en algunos casos causando la aparición de una mordida abierta como lo vemos en la foto de abajo.

¿Qué puede impedir que la lengua vaya al lugar correcto?

  • Frenillo lingual corto

  • Uso continuo y prolongado de biberón o bobo

  • Amígdalas hipertróficas

  • Como consecuencia de otros hábitos como chuparse el dedo o respirar por la boca

  • Problemas neurológicos como la incapacidad de controlar los músculos o coordinación motora.

Si entiendes que tu niño puede tener este problema, te invito a que agendes cita y evaluemos a profundidad.

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