Respiración Bucal, ¿qué consecuencias puede traer?
Respirar es una función natural del ser humano y nos damos cuenta de que tan importante es cuando nos cuesta respirar.
Piensa en las veces que un niño ha tenido congestión nasal o una gripe fuerte. Se le dificulta respirar por la nariz, por lo que compensa tomando aire por la boca.
Esos días no duerme bien, se siente cansado y hasta a veces irritado y todo esto se debe a que no está recibiendo la cantidad de oxigeno adecuada sin llegar al sueño profundo y reparador. Es decir, no está respirando correctamente.
Cuando la gripe pasa, todo puede regresar a la normalidad.
Pero, imaginate que sea una situación constante. El respirar por la boca igualmente puede deberse a otros motivos como la presencia de:
Desvío del tabique nasal
Hipertrofia de amígdalas y/o adenoides
Hipertrofia de cornetes
Rinitis alérgica
Sinusitis
Infecciones respiratorias
Músculos poco fortalecidos que no permiten el cierre de la boca.
¿Cómo me doy cuenta si un niño es respirador bucal?
Si mantiene la boca abierta con regularidad y/o al dormir
Si ronca de noche
Al hacer alguna actividad o juego físico, mantiene la boca abierta y se cansa con facilidad
Tiene ojeras y zona de los pómulos chata
¿ Y cómo afecta la cavidad bucal y la cara?
Pues, puede presentar:
Paladar profundo
Mordida cruzada
Apiñamiento
Caries
Encías sangrantes e inflamadas en los dientes delanteros
Labios agrietados y resecos
Pobre desarrollo de los huesos de la cara